Die Geschichte von Matthias - Der Enkel des Kleinen Toni (La historia de Matthias - El nieto del pequeño Toni) Kapitel 3 – Der Endgültige Kurs (Capítulo 3 – El Rumbo Definitivo) Teil 21 – Das Erbe und die Misión (Parte 21 – El Legado y la Misión) En Tacheles Bar & Bistro, Innsbruck, Austria. El Tacheles Bar & Bistro era un refugio de madera oscura y luz dorada, el lugar perfecto para deshacerse de la formalidad del día. Daniel, Fernando y Kevin Honmann llegaron juntos, sintiendo el alivio de la jornada laboral terminada. Kevin, el metódico, se adaptó al instante a la atmósfera relajada, mientras Daniel y Fernando, el tridente argentino, se dedicaban a estudiar el menú austríaco con la seriedad de un informe táctico. Encontraron a Clara y Matthias en un rincón acogedor, ya inmersos en una conversación distendida y con sendas cervezas espumosas sobre la mesa. —¡Bienvenidos al cuartel general alternativo! —exclamó Matthias, levantando su jarra en saludo—. Tomen asiento, la primera ronda va por cuenta del nuevo Manager General. El grupo se instaló. Entre risas, buena comida y jarras de cerveza local, la tensión de la tarde se disipó. Clara, con su vestido de cuero negro, era la perfecta anfitriona, inyectando ligereza y humor a la mesa. Ella y Matthias compartían una química evidente, basada en la confianza y el respeto mutuo, lo que sirvió para despejar cualquier duda en las mentes del trío sobre un posible romance; la suya era una alianza de propósitos, no de pasiones, aunque el coqueteo inocente formara parte de su dinámica. El equipo se dedicó a conocer mejor a Kevin, cuya personalidad metódica era el contrapeso ideal para la explosividad argentina. Cuando las campanas de una iglesia cercana marcaron la medianoche, el timbre familiar de una llamada interrumpió la velada. Matthias vio el nombre de Ángeles en la pantalla y se disculpó, apartándose unos pasos de la mesa hacia la tranquilidad de un arco. Su voz, que había sido firme y autoritaria con su cuerpo técnico, se endulzó al hablar con su novia. —Ángeles, mi vida... ¿Cómo estás? —susurró. Ángeles le explicó que el laboratorio había complicado su salida: tardaría dos semanas más en dejar sus responsabilidades y rearmar su vida laboral en Austria. La noticia era agridulce. Al menos, le informó con un tono de emoción, su madre y su hermana ya habían confirmado que llegarían a tierras austríacas el próximo domingo, antes de lo esperado, para ayudarle con la logística. Se despidieron con promesas de reencuentro y amor, reafirmando que este desafío tirolés era un proyecto de vida compartido. Matthias colgó, respiró hondo y regresó a la mesa, donde los cuatro lo observaban expectantes. —Bueno, muchachos, ya han tenido el deleite de compartir con la maravillosa chica cubana. Mañana comenzaremos de verdad con la construcción de mi sueño —declaró, su mirada encendida con una determinación renovada—. Mañana, comenzamos a cumplir el legado de mi padre y a honrar la memoria de mi abuelo. Levantó su jarra de cerveza, esperando que los demás lo siguieran. El tintineo de los vasos resonó en el bistró. —¡Por el FC Wacker Innsbruck! ¡Y por el ascenso! —propuso, sellando no solo el final de la noche, sino el inicio formal de su misión.
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