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Respuestas destacadas

me perdi de algo? :D

puto no abandones la historia q te pego :D

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vale: Anda, que si te has perdido de algo, lo lees xD Gracias por pasar xD

Adrian: No la abandonare, tranqui xD Gracias por pasar xD

  • 2 semanas más tarde...
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    -Sebastián, ¿que es lo que te ocurre? Hoy no has estado “concentrado”…

    Su novia, Verónica, le reclamaba no haber estado fuerte en la noche de sexo que habían tenido... Pero él estaba demasiado ido del asunto para pensar en ello. Ya era hora de que terminase con su duda.

    Desde hacía unos días a Sebas le asaltaba la duda sobre aquel entrenador del que había leído. Facundo Dellepiane. Lo poco que sabía de él le molestaba demasiado, lo dejaba con una intriga, con un vacío que lo hacía arder por dentro. No se sentía bien consigo mismo. Y para llenarlo, debía de saber más.

    La búsqueda no le iba a ser fácil. O mejor dicho, no le estaba siendo fácil. Todos sus recursos, todo el dinero que el pudiera pagar, todos los servicios que contratase no le podían dar la suficiente información sobre aquel tipo. Era como si hubiese sido borrado de la memoria del mundo…

    Pero eso era imposible. No era posible que aquel tipo, tan ganador, tan importante, tan revolucionario, se hubiera perdido en la historia. Y cada vez que Sebastián pensaba en eso, le venía siempre la misma idea. “Eso es imposible”. “Eso es imposible”. Siempre.

    Ya había intentado con absolutamente todo. Había contratado todo y pagado por todo, pero nada servía. Las oficinas de historia más importantes de la galaxia no entendían de quién hablaba Sebastián. Los bancos de datos universales tiraban error al colocar ese nombre. No le quedaban muchas opciones.

    Fue a la gran Biblioteca de Periódicos de Saturno unos días después. Allí se almacenaban diarios de toda época y rubro. En algún lado, en Deportes, debería estar.

    Pero no. Pasó por esa sección, por 2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012… Incluso buscó años anteriores y posteriores. Nada. Buscó por Newell’s Old Boys. Nada. Empezó a revolver todo lo que encontraba, furioso, desesperado.

    De pronto, viendo el desastre que estaba provocando, el bibliotecario le llamó la atención. No era para menos, había hojas rotas y diarios desarmados por todo el suelo y toda la gente que visitaba lo miraba como si fuera un loco.

    -¿Pero qué cree que está haciendo? ¡Está destrozando hojas que nos llevó años encontrar!

    -Eso no importa, puedo pagarle millones si se calla. Pero estoy buscando algo. Facundo Dellepiane. Tiene que estar aquí. Lo he buscado por todos lados y no lo encuentro. Pero si no está aquí, es el colmo.

    El bibliotecario se tomó su tiempo para pensar, intentar recordar el nombre que le había mencionado Sebastián.

    -Puede ser… lo he sentido nombrar hace unos días, déjeme revisar. Pero primero, limpie este desorden.

    Sebastián, impresionado, comenzó a juntarlo todo. Quizá al fin pudiese lograr saber algo sobre el misterioso hombre del cual había buscado información hace meses. Por el cual había gastado millones. Facundo Dellepiane.

    -¡Aquí está! Venga, señor Benítez – le llamó el bibliotecario -. Verá, quizá no le guste mucho esto… Tengo registros de ese tal hombre, pero todos los registros que tengo han sido vendidos. Es más… cada vez que encontramos algo nuevo, uno o dos días después viene un señor y lo compra.

    -¡¿Ha vendido los diarios?! ¡¿Qué clase de biblioteca es ésta?!

    -Señor, para poder mantenerla, necesitamos dinero, y por una buena cantidad se pueden vender algunos diarios…

    Sebas quiso maldecir a toda voz. No lo podía creer.

    -¿Puede darme, al menos, los registros de las personas que hayan comprado esos diarios?

    -Ha sido sólo uno, siempre el mismo. Joe Scoponi. Lo poco que recuerdo de él, es un viejo, normalmente mareado, como si hubiese bebido mucho. No tiene apariencia de tener dinero, no sé cómo ha pagado los gastos. Ni siquiera tiene casa. Nos ha dicho que si queremos contactarlo, estará en un bar. ¿Dónde estaba…? Ah sí, aquí está – dijo el bibliotecario habiendo sacado su larga lista - Vía Láctea, Neptuno, 37,215º Lat., 86,110º Long. Bar McLaren’s.

    El bar al que Sebastián habituaba ir. El bar donde estaba el viejo Joe.

Pues he vuelto, ya he formateado la pc (no he perdido la partida, tranquilos :nuse:), por lo que le puedo volver a dedicar tiempo a la historia. De todas formas, no podré postear tan regularmente como antes, porque no tengo tanto tiempo, pero confíen en que seguiré la historia xD

Saludos.

PD: Cambié la font, pq ahora la anterior veo mal, no se por qué xD

Vaya hombre, menuda vuelta ha dado la historia. Tras mucho investigar parece que el hombre al que busca está relacionado con Joe, su "amigo" del bar. La verdad es que me sorprende que el viejo haya dejado su nombre en la biblioteca sabiendo que Sebastián seguramente pasaría por allí en su investigación...

Sos muy obvio xD

Bah, igual engancha la historia, un abrazo xD

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