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Respuestas destacadas

Buenas compañero!

La de Artyom Vasily fue la primera que leí y seguí desde las sombras, así que aprovecho para felicitarte y agradecerte por tremenda historia..

Te sigo en esta nueva aventura!

Mucha suerte!

Pillo sitio en historia épica de Pio Pio en los Balcanes. Como de costumbre, pasaré por aquí de vez en cuando a echar un ojo, espero que tenga continuidad la cosa. Mucha suerte, tío ;).

PD: ¿Aparecerá Jordan, aunque sea en forma de cameo? ¿Y Khano Smith?

Vuelve una leyenda, que bueno tenerte nuevamente en esta sección... felicitarte por tus historias anteriores que fueron tremendas sobre todo la de Vasily. Sera genial poder seguir a tiempo real este futuro "best seller" que de momento nos a presentado a nuestro protagonista junto a su posible mejor amigo y al parecer su ex novia o esposa que hace de reportera... sera interesante sin duda.

Saludos crack!

  • Autor

@C4MGB Gracias por ese recibimiento amigo. Y gracias por esas felicitaciones. Hace bastante tiempo de todas esas historias, pero espero que esta esté a la altura de las anteriores. En el próximo capítulo desvelo un poquito más de todo lo que rodea al protagonista, y ya empezamos con el equipo, y con el fútbol.

Un saludo.



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La rueda de prensa no había sido tan catastrófica como esperaba. Algunos medios habían hecho incidencia en su inexperencia como entrenador profesional; otros, simplemente, se habían tomado la libertad de augurar públicamente un futuro gris para el FK Vojvodina. Zoran había contestado como había podido, sin caer en polémicas ni en disputas. La temporada era muy larga y ya habría tiempo para ello.

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Al terminar, Matt le acompañó hasta la oficina superior, donde se encontraría con el presidente del club así como con la directora deportiva. Se trataba de, prácticamente, la única mujer en el mundo del fútbol serbio. Era un oasis en un desierto. Sin duda su apariencia lo era. Además, su designación como responsable de los fichajes del club dos años atrás había ocasionado numerosos comentarios de desapruebo entre los aficionados, en general centrados en el sexo. Aunque, para ser justos con ellos, también se debe comentar el hecho de que sucedió en el puesto a su padre.

- Milena estará arriba -le avisó Matt con tono tanteador.

- Me lo imaginaba -contestó Zoran sin separar la vista del frente.

Quedaban apenas dos escalones y unos seis pasos hasta dar con la puerta de la oficina técnica que el club tenía dentro del estadio. El director de comunicación del club se dispuso a golpear para avisar de su llegada, no sin antes mirar con cierta preocupación al nuevo entrenador del equipo.

- Tranquilo. Esta mañana tenías razón -le recordó-. Ella no tuvo la culpa.

Matt asintió y golpeó finalmente la puerta. Lo hizo en dos ocasiones y giró el pomo. Había un pequeño habitáculo con dos mesas vacías y un pasillo más o menos largo. Tras pasar la primera habitación, llegaron a la segunda, donde estaban Ratko Butorovic, presidente de la entidad, y Milena Ivanovic, directora deportiva del club.

- ¿Qué tal ha ido? -Preguntó Ratko, tomando primeramente la palabra.

- Ha ido bien. Nada que se pueda reseñar -contestó Matt.

- La calma que precede a la tormenta -apostilló Milena.

Su pelo ondulado de color azabache caía largo sobre sus hombros. Tenía una pierna cruzada sobre la otra, y había hecho el comentario sin levantar la vista del dossier que estudiaba detenidamente. Cuando alzó la mirada, las manos de Zoran comenzaron a sudar. Y su cuello. Y su frente. Y acabó perdiendo la cuenta de las partes de su cuerpo que sudaban.

- Estás fatal, Zoran -dijo, propinándole un buen piropo.

- He estado mejor -le dio la razón-, no tengo nada que objetar.

Matt y Ratko se sentían sobrantes en aquella habitación. La tensión podía cortar las rocas, aunque no la intensidad de aquellas miradas encontradas. El presidente estimó oportuno dejar a un lado aquello.

- Bueno, ya tendréis tiempo de hablar de vuestras cosas -interrumpió-. Bienvenido al club, Zoran.

- Muchas gracias -replicó, sentándose en una de las sillas frente a Milena.

- Doy por hecho que estás al tanto de las últimas temporadas del equipo -comentó, y prosiguió cuando obtuvo una respuesta afirmativa de su nuevo entrenador-. Queremos confirmarnos como la tercera potencia futbolística del país. Y, si podemos, dar a algún susto a esos pomposos de Belgrado.

- Haré todo lo que esté en mi mano para que así sea -dijo.

- Bien. Ahora Milena te pondrá al día con la situación de la plantilla. Esta tarde podrás hablar con los ojeadores y el cuerpo técnico del primer equipo, y también de los equipos de las categorías inferiores -apuntó-. Estoy seguro de que encontrarás todo lo que necesites a tu disposición.

Asintió con la cabeza. Ratko Butorovic se levantó, le dio la mano, y se despidió de los tres. Su trabajo ya estaba hecho, y tenía la idea de pasar lo que quedaba de día en la playa. Allí seguro que no llegaría la tormenta que había predicho y temido Milena.

- Bueno -intervino Matt-, yo tengo que irme. Tengo que subir a nuestra web y a las redes tu fichaje, Zoran. ¿Te menciono en Twitter?

- Mierda, ¿ahora mi perfil tendrá que ser políticamente correcto, y todo eso? -Lamentó.

- Si quieres lo mantenemos en el anonimato -le explicó Matt-. Hasta que algún aficionado furioso te insulte cuando hayamos sumado cuatro derrotas seguidas en Liga, claro -se mofó amistosamente de él.

- Gracias por la confianza, amigo -recriminó irónicamente.

- Hasta luego Milena.

- Nos vemos -se despidió sonriente.

Y quedaron, tan solo, Zoran y Milena. Tantas habitaciones compartidas en soledad, y tanta soledad convertida en pasión,... Pero la incomodidad de la situación pareciera ser mayor que la que tienen dos desconocidos forzados a interactuar de manera amorosa.

Zoran cogió con un gesto rápido el dossier que hasta entonces tenía la mujer y le echó un largo vistazo. Alargó esa ojeada todo lo que pudo para tener el mayor tiempo posible para pensar qué decirle. Al final, la iniciativa la tomó ella. Como solía pasar en la cama.

- Ahí tienes a los jugadores del primer equipo, pero tenemos que tratar un tema de manera inminente.

- Te escucho.

- Tenemos que renovar a Aboubakar Oumarou.

Aboubakar Oumarou era la estrella del equipo. Delantero camerunés de 25 años, acababa de cumplir su tercera temporada con el Vojvodina. En 82 partidos sumaba 29 goles, cifra nada desdeñable en el fútbol serbio. Además, su comunión con la afición había sido inmediata y perfecta desde el primer día del primer año. Acababa contrato a finales de 2012 y varios equipos habían contactado ya con su agente.

- He organizado una reunión para mañana -le explicó-. Para que te conozca, y para hablar de la renovación.

- Me parece perfecto.

- Bueno, dejando eso a un lado, ¿algo que tengas que añadir?

- Creo que sería bueno fichar a algún lateral zurdo. Solo tenemos a Vladan Pavlovic... Sé que Bojan Nastic, el chaval del filial, puede desempeñarse ahí, pero me gustaría tener algún jugador puramente zurdo para la banda.

- Lo miraremos. Pero ten en cuenta que nuestro presupuesto es escaso. Por no decirte inexistente -advirtió Milena-. No esperes maravillas.

- Tranquila -sonrió-. ¿Y algún delantero? Cuento con Oumarou, no lo dudes, pero Juan Fierro y Djordje Susnjar me parecen pocos efectivos para la delantera.

- Tú sabrás. Tú eres el entrenador. Si quieres un delantero, te buscaré un delantero.

Zoran agradeció la profesionalidad con una sonrisa. Cerró el dossier, el cual se llevaría consigo para leer más detenidamente. Estaba entusiasmado con la idea de entrenar al FK Vojvodina. Era el equipo de su alma. Era conocedor de los muchísimos obstáculos que tendría delante, pero en compañía de Milena, en aquella silenciosa oficina, con vistas al verde del estadio en el que desde pequeñito había soñado con el fútbol, el universo parecía asegurarle de que todo iría bien. Se había quedado absorto durante un rato.

- He de admitir que esa barba tan descuidada te queda muy bien.

El comentario de Milena le hizo salir de golpe de su mundo. El corazón se le aceleraba. Y el cerebro le martirizaba recordándole que había cometido el mayor error de su vida al dejarla marchar de la misma.

- A ti todo te queda muy bien -observó-. Estás preciosa.

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La chica se recompuso de la pequeña recaída que acababa de sufrir y recuperó la compostura. Se levantó de la mesa.

- Es todo tuyo -dijo, mirando el dossier-. No sé si esta tarde nos veremos. Pero te espero mañana a las 10:30 para hablar con Aboubakar. Supongo que Matt te pasará el calendario inmediato. En unos días se sortea la segunda ronda clasificatoria de la Europa League. Supongo... Que ya nos iremos viendo.

- Sí -replicó de manera dubitativa-... Y gracias. Por todo.

Cuando Milena pasó por su lado, Zoran tuvo el impulso de cogerle por el brazo, levantarse y darle un beso de esos que jamás se olvidan. En su lugar, hizo caso omiso de la tentación y dejó salir por la puerta al amor de su vida.

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PRÓLOGO.

Una vez encauzada la trama con tres capítulos iniciales, quiero comentar un par de cosas.

He visto que hay quien me recuerda. La verdad es que, personalmente, parece que hace años de la última vez que frecuenté esta zona. De hecho, no conozco ni a la mitad de historiadores actuales. Veo que han cambiado muchas cosas.

Hace poco me entraron ganas de jugar nuevamente al Football Manager, y de hacer una historia. Actualmente estoy terminando mi carrera y trabajando. Pero tiempo tengo, y prometo compromiso con la historia. Escribiré muchísimo y desarrollaré mucho la trama.

Expondré los resultados de manera mensual, salvo en casos excepcionales en los que dispute partidos importantes, que serán incluidos en la trama narrativa de la historia.

Sin más, espero divertirme, tener un sitio en el que compartir mi partida, y pasar un buen rato con todo aquel que quiera pasarse por este humilde espacio.

Un saludo a todos.

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Llevaba semana y media en el cargo. Zoran había logrado dar la primera buena noticia: la renovación hasta 2016 de Aboubakar Oumarou. El delantero camerunés se mostró contento de firmar su nuevo contrato, para acallar así los rumores que le situaban a finales de año en el Utrecht holandés. Los aficionados celebraron aquella noticia y olvidaron, durante unos días, la identidad de su nuevo entrenador.

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El Vojvodina siempre ha contado con un numeroso número de aficionados. La peña más significativa recibe el nombre de Firma, y cuenta con varios subgrupos. De claro carácter anti fascista debido a las muertes que azotaron al club y a la ciudad de Novi Sad durante la II Guerra Mundial, la afición se caracteriza por su constante y enérgico apoyo.

Sin embargo, uno de los sectores de esta afición tenía muchos motivos por los que desconfiar de Zoran Stankovic. El líder de uno de los subgrupos de Firma era Branko Tarlaç. Dueño de todo lo referente con la industria metalúrgica de Novi Sad, Tarlaç era un aficionado de nuevo cuño, desmarcado de la caridad y el amor a su ciudad que profesaban los representantes de la peña. A pesar de dirigir un pequeño grupo de la grada, Tarlaç es un hombre muy respetado en el Karadorde. Y, por desgracia para Zoran, se la tenía guardada desde hacía mucho tiempo. Tanto que, de vez en cuando, olvidaba el motivo.

Aunque en aquel momento le era difícil olvidarlo. Zoran se acariciaba con cuidado la herida circular que tenía en la mano, ocasionada por Branko días atrás. Una disputa que solía repetirse pero que, con su nueva condición de entrenador del FK Vojvodina, no podía permitirse tener. Se encontraba en el aeropuerto de Novi Sad. Allí iba a aterrizar su primera apuesta como técnico. Estaba junto a Milena, que se había encargado de cerrar el fichaje de Jeffrey Sarpong. Otrora prometedor futbolista holandés y sensación en el Ajax, Sarpong se encontraba sin equipo tras deambular por diversas ligas del mundo con más pena que gloria. Pero Zoran se había mostrado convencido de que marcaría las diferencias en el fútbol serbio.

- La prensa se te va a echar encima con este fichaje -le avisó por enésima vez Milena.

- Me da igual -replicó concentrado-. Lo importante es cómo rinda en el terreno de juego.

- No sabe ni una palabra de serbio. Ni probablemente haya jugado nunca en estadios en los que la luz roja de las bengalas te dificultan distinguir las porterías de los fondos de las gradas -narró, arrepentida.

- Tú le has fichado, Milena. Si no hubieses querido...

- ¿No crees que eso lo sé ya? -Le interrumpió- No hagas que me arrepienta aún más.

- Tranquila, saldrá bien -sonrió.

Le hizo una pequeña caricia en el brazo, un gesto de otra época vivida, y volvió a mirar al frente. Milena se mantuvo impertérrita, aunque en su interior anheló más que nunca aquella otra vida. Siguieron aguardando a la llegada del vuelo procedente de Amsterdam.

- Mañana haremos la presentación, junto a la de Mirko y Altin -recordó Milena.

- Perfecto. Así nos quitamos eso de encima. No soy un gran fan de las comparecencias.

- Lo sé -contestó-. En los próximos días tenemos los dos amistosos previos al primer partido oficial.

Milena hablaba de la ida de la segunda ronda clasificatoria para la Europa League. El Vojvodina había quedado emparejado con el Viktoria Plzen, poderoso equipo de la República Checa que se había convertido en un habitual de las competiciones continentales en los últimos años. Las apuestas estaban en su contra. Zoran no había dicho ni una palabra en referencia a ese último comentario, lo que causó dudas en la chica.

- ¿Cómo ves la eliminatoria?

- No será fácil -replicó-, pero si no creyese que podemos con eso no hubiera firmado nada.

- Para no gustarte hablar con los medios, dominas los clichés con una facilidad pasmosa...

- Sabes que puedo ser sincero y real cuando me lo propongo -le dijo, mirándola de reojo.

- Lástima que te lo propongas tan poco.

Se hizo el silencio, rápidamente interrumpido por el estruendoso ruido que hacía la vieja y desgastada puerta automática que separaba la zona de recogida de equipajes con la salida. Jeffrey Sarpong apareció con unos cascos enormes, de esos que tan de moda estaban en el mundo deportivo de Estados Unidos, y con una cara de dormido que hizo pensar a Zoran que había cometido un enorme error.

Magnífica introducción de lo que promete ser una bonita historia en la que esperemos que la vida personal y deportiva de Zoran Stankovic y el crecimiento del Vojvodina vayan de la mano y se pueda conseguir al menos pelear por meternos en el grupo de candidatos al título y colarnos entre los equipos de Belgrado aunque obviamente será complicado. El grupo con el que cuentas parece que puede hacer un gran año y además por lo que he leído siempre ha sido un equipo que ha mirado bastante a su cantera por lo que esperemos que en próximos años puedan salir jugadores importantes.
Mucha suerte por tierras balcánicas! Saludos!

Muy buena pinta esta nueva historia de PioPio esta vez en los balcanes. De aquella zona siempre suelen salir buenos jugadores y a ver qué podemos conseguir con la Vojvodina.

Los textos iniciales muy buenos, como siempre, y además, la historia puede dar mucho de sí. Suerte compañero.

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