Die Geschichte von Matthias - Der Enkel des Kleinen Toni (La historia de Matthias - El nieto del pequeño Toni) Zwischenspiel 3 – Die gealterte Freude (Interludio 3. "El Placer Añejo") En algún lugar de Argentina. Ha pasado ya más de un mes desde aquel día en que sentí la imperiosa necesidad de comenzar a escribir esta historia. Y si bien la primera etapa estuvo marcada por la densidad y la necesidad de sentar bases —un trabajo que se sintió como levantar los cimientos de una catedral—, esa dedicación inicial ha rendido un fruto inesperado: lo que en un principio se había manifestado como un revés, una ligera desilusión ante la realidad del software disponible, se convirtió, paradójicamente, en el catalizador que necesitaba para encontrar la motivación y, lo que es más importante, para asegurar la continuidad del proyecto a lo largo del tiempo. La necesidad de escribir sobre Matthias Schall es hoy tan fuerte que no se trata ya de buscar los tiempos robados en la agenda para avanzar; por el contrario, mi principal tarea como cronista es, en realidad, poner un freno. El motor de este relato amenaza con volverse tan potente que debo gestionar su ritmo, para no acelerar indebidamente una trama que disfruto inmensamente. Es un ejercicio de contención narrativa para saborear cada paso. Debo confesar, sin ambages, que esta es la historia que en lo personal más me ha gustado y motivado en los 21 años que llevo haciendo esto. No es una simple hipérbole. Es un disfrute profundo y constante, una conexión con el personaje y su misión que supera mis expectativas. Puedo decir, sin exagerar, que estoy disfrutando como nunca. Incluso más que cuando "los Urchins y los Tigers" daban aquellos primeros pasos tan inocentes y emocionantes en otros banquillos virtuales. Hay una alquimia especial en la historia de Matthias Schall que me cautiva: es la fusión perfecta entre la ambición deportiva, la frialdad de los datos y el drama humano de un legado que se debe honrar. Es fascinante cómo la imaginación vuela con cada desarrollo: Saboreo cada detalle que se plasma: cada partido amistoso que juega Matthias con su Wacker; cada decisión que el personaje toma en los despachos, equilibrando la moral y las finanzas; cada paso meticuloso en la planificación de la plantilla, observando cómo las piezas encajan. La planificación a futuro se ha convertido en una fuente constante de deleite, pensando en qué será de este equipo, de estas promesas juveniles, en el futuro cercano y lejano. Aun es pronto. Estamos apenas en la mitad de la pretemporada. El camino hacia el objetivo es largo, y la tentación de quemar etapas es grande. Mientras mi vicio paralelo por el Football Manager encuentra su lugar en otras partidas de distensión, esta crónica es algo completamente diferente y singular. Esta historia es para mí como un whisky añejo. No es la cerveza fresca para el consumo rápido y la sed inmediata. Es algo que se destila con paciencia, que se degusta lentamente, para saborear en el momento justo y merecido. Requiere el tiempo, el silencio y la apreciación del proceso. Y por ello, pondremos freno al ritmo. La historia de Matthias nos espera, y yo estoy listo para seguir disfrutando este lento, delicioso, y profundamente motivador proceso de escribir.