Había en juego mucho más que tres puntos. Estaba en juego el liderato del Grupo A justo en la mitad de la clasificatoria para la semifinal de la Nations League. Frente a frente dos selecciones cero especulativas, que buscan portería contraria sea con el plan que sea y que mejor convenga a sus intereses. Gran partido, pero todo por decidir. Salió Ucrania sin miedo, con sus dos carrileros buscando profundidad desde el minuto uno, pero sin elegir bien cómo canalizar el juego hacia la frontal. Nuestros dos laterales estuvieron excelsos, cerrando bien los espacios, taponando contundentemente los espacios y, ayudados por los dos centrales, muy atentos en las coberturas. Poco a poco nos fuimos adueñando de la pelota, articulados en un Mereu muy serio en la creación y un Sbardella quizá algo plano pero que no cometía errores en los pases. Filadelfia, por su parte, nos ayudó a abrir el campo con sus continuos desmarques y ahí comenzó la pesadilla de Ucrania en esta primera parte: el indetectable Ganzerla. El chaval se movió a sus anchas en zona de tres cuartos, destacando por su rapidez de pensamiento. Sufrió mucho físicamente - le dieron duro cada vez que tocaba el balón- pero destacó por su coraje, su sangre fía y, dicho sea de paso, flor. En el minuto 7, córner sacado por Nava, muy abierto, gran pase de cabeza de un central y Ganzerla sin pensárselo, empalmaba el balón directo a la portería rival. El gol calló de golpe a todo Kiev. El chaval debutaba y lo hacía con gol. Las cosas no podían salir mejor. Ucrania se sintió herida en su orgullo y atacó con saña. Mereu aparecía en todos los sitios - qué inteligente es posicionalmente- los extremos trabajaron defensivamente como cosacos y la línea de 4 echaba el candado ante las acometidas ucranianas. Pese a todo ello, llevábamos 20 y pico minutos y Zaninetti no había hecho una parada de mención. En el 19, Filadelfia remataba un disparo desde la frontal con poca fuerza y era atajado por su portero. En el 27, el propio delantero presionaba la salida del rival, robaba una pelota a su central, se iba derecho a portería y su disparo lo atajaba felinamente su guardameta. No paré de aplaudir la gran actitud del 9 en toda la jugada. Filadelfia estaba desatado y en el 32, tras un centro de Nava, su remata de cabeza se estrellaba en el poste. Ucrania estaba noqueada. Un minuto después, mismos protagonistas y su portero sacaba una mano milagrosa para evitar el gol de FIladelfia - acabó desesperado- Nos íbamos al descanso conscientes de que lo peor era, sin duda, el marcador. Mantenía Landinotti mismo dibujo y casi los mismos jugadores, a excepción de un sólo cambio: Mutton - más pulmones- por Sbardella que anduvo muy fallón con los pases en cuanto se empezó a atrever a atacar. Pero el guión del partido previsto cambió de forma abrupta. Error garrafal de los dos centrales y su 9, Georgy Mikheev, se metía hasta la cocina para marcar el gol del empate. Es obvio decir que a nosotros nos sentaba el gol como un jarro de agua fría pero que en el estadio fue como encender la mecha a la dinamita. Inconscientemente nos echamos atrás por la desesperación ucraniana que decidió creer y tiramos de cambios: fuera el extremo zurdo (otra vez desierto) y fuera FIladelfia ( que perdonó demasiado) para acabar con un 4-4-2 muy cerradito, equilibrado, en el que aprovechar alguna contra y dar la sorpresa. Hubo pocas ocasiones claras en los últimos 15 minutos, probablemente motivado por el cansancio y la intensidad previa, pero fueron ellos los que tuvieron la ocasión más clara del final del partido. Era el minuto 83 y Zaninetti, casi inédito los 90 minutos, metía una mano salvadora para evitar el segundo de Georgy Mikheev. LA CONCLUSIÓN Un empate final, visto lo visto, que fue más que justo y necesario. 👁️🗨️Datos Claves - Estadísticas Italia - Estadísticas Ucrania Perdonamos más de lo deseado, aunque parte del mérito fue de su defensa, infranqueable. Sus dos laterales son expertos en robar balones y trabajan sin descanso. No acabamos de explotar por alto todo lo que generamos. 17 saques de esquina, numerosos centros al área...hay que trabajar en otro tipo de ataques pues nos falta contundencia por arriba Pier Giuseppe Mereu, de nuevo MVP del partido. Es un jugador inteligente, que siempre está bien posicionado y sabe meter la pierna. Lo ganó todo por algo. Analizamos aquí qué jugadores suben y bajan en su valoración por parte del seleccionador Carlo Landinotti. El extremo zurdo sigue sin tener inquilino claro. Ganzerla: menudo debut del chaval. Marcado en rojo por Landinotti para la operación renove de cara al Mundial 2034. Un fantasista de los de antes. Pezzotti es DIOS. Sólo falta encontrarle su mejor pareja de baile. El central zurdo del City tiene encandilado a Landinotti. Es fuerte, rápido, siempre elige bien, no falla. Terraciano, con el que tenía muchas expectativas, digamos que se quedó a medio camino. Filadelfia, Lettieri... haciendo más deméritos que méritos para llevarse el 9. Si en el primer partido Zuccaro decepcionó, aquí fue Sbardella el que salió retratado. Se le quedó grande literalmente el medio.