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Zona de Politica Española

Respuestas destacadas

Ojo, que eso tambien pasa en la privada, que yo cuando estuve de practicas lo vi en directo. Claro, persona con 30 años en la empresa que tiene el puesto tan protegido como un funcionario, y en este caso mas que no era la principal fuente de ingresos, que si se va a la calle con la indemnizacion casi le hacen un favor. Pero coño, si sabes que por el mero hecho de no hacer bien tu trabajo y tocarte los cojones no te van a echar, pues lo normal es que, al menos con la mentalidad española, no lo hagas. Es lo que hay.

Sobre la sanidad publica pues hombre, yo que soy muy de vivir en el medico, me hice un seguro para una cosa concreta y ahi me quede. 2-3 cosas por las que estuve 10 años dando vueltas en la SS sin solucion, con mierdas...llegue por el seguro y me dieron soluciones al momento. Pero claro, es mas facil decir que es normal que a un chaval de 14 años se le ponga la rodilla como un globo a poco que hace ejercicio que hacer una resonancia. Es hacerla y solucion. Y asi con todo. Pero vamos, que el tema de la sanidad se resume en mi madre, que es (ya no ejerce) medico, y lleva toda la vida con seguro.

"Son los presupuestos más sociales de la historia de la democracia española" – Cristobal Montoro 23/10/2012

"Somos el partido de los trabajadores" – Dolores de Cospedal, 11/2/2012

"Yo destapé la trama Gürtel" – Esperanza Aguirre 8/4/2010

"El número de alumnos por clase no aumenta, se flexibiliza" – José Ignacio Wert 15/10/2012

"No hay rebaja de sueldo a los funcionarios. Hay un retraimiento de la paga" – Cristobal Montoro 9/7/2012

"No subimos los impuestos, es un cambio de ponderación" – Cristobal Montoro 28/4/2012

"Cuando una piensa lo que dice cuando está en la oposición a veces se sonríe" – Soraya Sáenz de Santamaría 25/9/2012

"Las mujeres se ven sometidas en muchas ocasiones a una violencia de género estructural por el mero hecho del embarazo […] Pienso en el miedo a perder el empleo por un embarazo" – Ruiz Gallardón 7/3/2012 (mientras el PP suprimía las bonificaciones por reincorporación tras la maternidad y las ayudas a la dependencia).

"Estoy encontrando partidas maravillosas para recortar" – Esperanza Aguirre 2/5/2012

"Que se jodan" – Andrea Fabra 11/7/2012

"El número de alumnos por clase no aumenta, se flexibiliza" – José Ignacio Wert 15/10/2012

Es dura la competencia, pero a mí esta me parece la mejor de todas.

Oxímoron de Wert, xD

¡Viva Honduras!

Bildu, un tiro en la cabeza se merece, esto con Franco no pasaba xD

Un artículo interesante:

Facha: el gran prejuicio español

Voy a describir en este artículo uno de los mayores problemas que arrastra, en mi opinión, la sociedad española y a la vez de los menos racionalizados. Se trata de lo que llamaré el prejuicio de facha, un prejuicio político de enorme fuerza social cuyo éxito se ha desbordado más allá de la política, contaminando además espacios como la identidad, la lengua o la cultura. En España, dicho prejuicio limita desde hace años la libertad de muchos ciudadanos.

Para que el lector sepa desde qué punto de vista básico se escribe este artículo: soy barcelonés, pero considero que ni toda España ni Cataluña son naciones en sentido nacionalista, es decir, cultural, lingüístico o identitario. Creo que la característica principal de ambas es su diversidad. Me siento más identificado con la idea de humanidad que con la de pueblo y tengo amistades de diversos orígenes culturales.

Y sin embargo, en España, no así en Holanda donde vivo, corro peligro constante de que me llamen facha. Ya me han insultado así en el pasado. Y he visto como también se criminalizaba y se intentaba humillar a otros ciudadanos con tal etiqueta. Es más, reconozco que yo mismo, sin quererlo, pues era un prejuicio social que había incorporado, llegué a compartirlo en parte, reforzando en algún momento de mi vida su poder.

Me ha sido necesario racionalizarlo y comprenderlo para desactivarlo, pasando de sufrirlo como prejuicio a analizarlo como tal.

Causas del prejuicio. Su origen cronológico está en el franquismo, en su rechazo, pero lo interesante es que ha sido después del franquismo cuando más fuerza socio-política ha tomado. Pienso que esto se explica porque nuestra sociedad siempre ha tenido déficits democráticos al haber prevalecido una excesiva desconfianza social. De ella se ha nutrido el desprecio por el que piensa distinto o es diferente. En todas las direcciones, desde todas las ideologías. El prejuicio facha es el reverso del prejuicio rojo (o rojo y separatista), el anterior, utilizado durante el franquismo. Pero la misma falta de ética democrática fundamentan uno y otro.

El moderno de facha parte de un referente anti franquista pero pervive y logra su apogeo como arma política, identitaria, lingüística y cultural por la voluntad de explotarlo, ya en democracia, buscando la criminalización, humillación y silencio de los diferentes. Una forma de evitar debates, de descalificar automáticamente a quien no piensa o no es de determinada manera. No es casualidad que este sea el mismo sentido que tuvo el prejuicio rojo como concepto social denigrante y persecutorio. Idénticas lógicas mentales lo explican.

Voy a exponer ahora dos ejemplos públicos, de entre muchos posibles, y también dos personales para mostrar el poder de dicho prejuicio. Ejemplos públicos. Indignación ante “españolizar” y silencio ante “catalanizar”. Fue quizás la noticia más comentada y polémica del mes de octubre. El ministro de Educación, Cultura y Deporte, el señor Wert, utilizó el verbo “españolizar” en la siguiente frase: “Españolizar a los alumnos catalanes y que se sientan tan orgullosos de ser catalanes como españoles y que tengan una vivencia equilibrada de esas dos identidades que les enriquecen”.

Las críticas a estas palabras han sido muchas y muy duras. Aquí expongo sólo algunas de las reacciones. El PSOE reaccionó registrando en el Congreso una proposición no de ley para reprobar a Wert y tildando sus palabras de “desafortunadas, inconstitucionales y provocadoras”. La Vanguardia asimiló las palabras de Wert con el levantamiento franquista, utilizando una viñeta satírica de 1937. El portavoz de la Generalidad, Francesc Homs, reaccionó diciendo lo siguiente: “Lo que dijo [Wert] es exactamente lo mismo que se decía en época del franquismo”.

Y, sin embargo, la consejera de Enseñanza de la Generalidad dijo lo mismo, incluso peor, pero desde otra bandera, hace un año. La consejera Rigau expuso exactamente lo siguiente: “Solo mediante la escolarización podremos realmente catalanizar, hacer miembros de pleno derecho, tener sentido de pertenencia a nuestro país, a los hijos de los que han venido de fuera… La escuela pública funde diferentes grupos étnicos en un solo pueblo; cuando lo podamos mirar con cierta distancia, quedaremos admirados y orgullosos del trabajo hecho. [El ejemplo más evidente es] cómo catalanizamos el sistema educativo”.

Si ustedes comparan lo dicho por Wert con lo dicho por Rigau verán que lo dicho por el ministro tiene incluso mayor aporte pluralista, democrático, que lo defendido por la consejera. Wert justifica su “españolizar” haciendo referencia a que quiere que los alumnos catalanes “se sientan tan orgullosos de ser catalanes como españoles y que tengan una vivencia equilibrada de esas dos identidades que les enriquecen”. Rigau, sin embargo, sólo habla de una de las dos identidades, sin mencionar la otra, porque la rechaza totalmente. Pero Rigau pasó y pasa desapercibida, mientras que Wert se colocó en el ojo del huracán. Una inquietante doble vara de medir social lo explica.

La pregunta es: ¿qué explica tal doble vara de medir? Sólo se puede entender tamaño doble rasero si se contempla lo sucedido teniendo en cuenta la existencia de un prejuicio muy poderoso. El prejuicio de facha, que como tal altera la capacidad de analizar la realidad desde la objetividad y limita la comprensión de ésta a la mera superficialidad, al análisis de las etiquetas, no del fondo de las cosas. El gran prejuicio español predispone al subconsciente a rechazar todo aquello que lleve el sello de español y al mismo tiempo incapacita para ver los defectos de aquello que se presenta en un envoltorio distinto, pero que en realidad puede ser igual o peor.

El ejemplo más brutal; la “fuerza moral” de ETA para sus partidarios. Es duro hablar de la “fuerza moral” de ETA. Que nadie me malinterprete, ETA es equivalente a fanatismo genocida, es totalmente inmoral y es totalitaria. Espero que quede claro, ETA es, para mí, fundamentalismo criminal extremo y no tiene ninguna fuerza moral. Cuando hablo de la “fuerza moral” de ETA no lo hago desde mi punto de vista sino desde el punto de vista de las decenas de miles de personas que tristemente sí han apoyado a ETA permitiendo su existencia, dándole su fuerza, porque han entendido que su existencia, su barbarie, tenían una “fuerza moral”. ETA no hubiera aguantado hasta hoy, tras más de 30 años de democracia, de no haber gozado del apoyo moral de una parte de la población vasca.

Hay una imagen que he visto repetidas veces durante mi vida y que todavía me fascina. ETA ha asesinado a alguien, la misma tarde, el día después o durante la semana siguiente, sus partidarios se manifiestan. Portan una pancarta donde en letras grandes pone: “‘DEMOKRAZIA’. Ellos, que apoyan a un grupo terrorista que acaba de matar, piden democracia. ¿Por qué? Sólo puede ser por un motivo: se ven como demócratas, como los únicos demócratas. ¿Y cómo ven a sus víctimas entonces? Los ven como los no demócratas, como fascistas. De hecho, les llaman así, “fascistas” y creen que ETA está realmente luchando contra el fascismo cuando mata a inocentes. Su mente está totalmente inmersa en el prejuicio aquí tratado, es presa de él. El prejuicio de facha, llevado a su caso práctico más extremo.

De esto pueden hablar largo y tendido los vascos no aberzales. La criminalización como supuestos fascistas que han sufrido ellos que no mataban, ni extorsionaban, ni agredían y que encima lo sufrían es digna de algo más que un artículo. Quizás, incluso, de estudios psiquiátricos.

La fuerza de ETA y del mundo aberzale en el País Vasco es imposible de entender sin esa capacidad de asustar, de humillar, de cohibir que tiene tal apelativo “fachas” gritado durante años a los vascos no nacionalistas. Gritado por los más fascistas de todos. El éxito de tal mundo del odio, por ejemplo entre una parte de la juventud vasca, no se puede entender sin imaginar lo desagradable que es arriesgarse a que te llamen facha, siendo tal insulto el peor considerado, y lo cómodo que es llamárselo a los demás mientras al mismo tiempo tu mismo das rienda suelta a tu intolerancia. Y lo haces impunemente, sin temor a tal etiqueta social, la peor considerada, sólo concebida como tal contra los no aberzales

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Una anécdota personal. Un aberzale que conocí, cercano a los radicales del club de fútbol Osasuna (los Indar Gorri), me expuso hace algunos años su indignación con los radicales del Athletic de Bilbao porque estos les habían llamado fascistas al considerarse a sí mismos todavía más aberzales que los navarros. Incluso entre aberzales se han llegado a insultar así.

Ahora voy a exponer dos ejemplos personales. “És fatxa, no veus que parla en castellà!“. Trabajé como monitor de natación hace siete años en unas piscinas públicas de Barcelona. En uno de mis grupos tenía algunas alumnas que hablaban en castellano y otras que lo hacían en catalán, más o menos, mitad de cada. Viendo eso, decidí adaptarme a ellas y hablarles también en ambos idiomas. Cuál no fue mi sorpresa cuando a los pocos días, debía ser la tercera hora de clase, una de las alumnas, una niña de 11 años hizo sobre mí, el siguiente comentario en voz alta a otras dos alumnas: “És fatxa, no veus que parla en castellà!“, las oyentes secundaron tal comentario.

Yo me defendí, pero a veces creo que no lo suficiente, me limité a decirles que era una falta de respeto y que la gente podía hablar como quisiera. Significativo fue que las alumnas castellanohablantes no dijeran nada. Al final de la clase, una de las dos alumnas que había secundado el comentario se acercó a mí, una vez estuve sólo guardando el material, y me dijo: “A mi em pots parlar com vulguis“. Le agradecí la rectificación.

Esta anécdota personal me ayudó más tarde a entender la fuerza del prejuicio aquí tratado y como éste extiende su terrible influencia no sólo a la política sino incluso a la consideración de alguien por el mero uso de una lengua. Y no menos llamativo es ver que no sólo los adultos lo comparten sino incluso niñas de 11 años.

“Los de Ciutadans son fachas, son nazis”. Dos datos: cuando Ciudadanos entró en el Parlamento autonómico de Cataluña, yo era militante del partido. El segundo dato: uno de mis mejores amigos es marroquí, y en aquel entonces trabajaba en Barcelona. Pues bien, este me comentó que un compañero de trabajo le explicó que los de Ciudadanos éramos “fachas” y “nazis” y que, por tanto, había que ir con mucho cuidado con nosotros. Me lo dijo riéndose, riéndose a la vez del tipo que se lo había comentado y del propio comentario. Hacía ya años que éramos buenos amigos y obviamente descartó automáticamente como tontería absoluta aquella idea de que yo estuviese apoyando un partido nazi o que fuera lo más mínimamente parecido a algo fascista.

Pero para mí fue una prueba más de la fuerza del prejuicio y de cómo éste se utiliza como una miserable arma ideológica. No se busca con él describir a los que son fascistas como fascistas, lo cual es justo, sino convertir en apestados sociales a los que piensan o son diferentes. Y no fue la última prueba. Podría exponer muchos más ejemplos, algunos personales, otros muchos, públicos. Pero no quiero alargar demasiado el artículo. Además, estoy seguro de que no es necesario. Usted, estimado lector, podría seguramente recordar otras situaciones que demuestren la exagerada fuerza de tal preconcepción.

Conclusión. ¿Qué es el prejuicio de facha? Es un motor ideológico sin el cual no se puede entender la historia reciente de España. Es un prejuicio muy poderoso y como todo prejuicio poderoso es peligroso y en este caso es generador de injusticia social. Generador de injusticia social porque criminaliza a gente inocente. Se ha usado como herramienta política para marginar, avergonzar y criminalizar a los que piensan diferente y a los que son diferentes, en la identidad o incluso en los rasgos culturales. Es y ha sido usado como arma étnica.

Peligroso, muy peligroso. Exagera y asocia los conceptos de fascista así como otros relacionados (rancio, falangista, etc…) con determinados rasgos culturales e ideológicos que no tienen por qué serlo. Al hacerlo centra de forma grotesca y obsesiva la alarma anti fascista en una parte de la realidad, que se prejuzga como sospechosa y deja fuera del análisis a otras realidades, que se dan automáticamente por buenas por pura oposición a las consideradas sospechosas. Así hace pasar por no totalitarias conductas e ideas que lo son, y a veces mucho, pero que esquivan el dañado (por el prejuicio) radar mental para detectar lo fascista, convirtiéndolas incluso en atractivas.

Se da una paradoja interesante, el gran prejuicio español es a la vez el gran enemigo de los españoles como tales. Centrándonos en Cataluña, es imposible entender el crecimiento constante del separatismo o del nacionalismo entre mucha gente joven durante las últimas dos décadas sin tenerlo en cuenta. Claro que, quizás, no sea tal paradoja, pues los prejuicios suelen ser los principales enemigos de quienes los portan en sus mentes. El problema radica en que los portadores no son conscientes de ello.

Los seres humanos nos adaptamos al entorno y nos dejamos llevar por él, por desgracia a menudo sin la suficiente capacidad crítica. Si en el ambiente, en el subconsciente popular, hay un determinado prejuicio, es normal que buena parte de la sociedad se acomode a él. Más aún cuando el poder político-mediático, tiene interés en alimentarlo. Si el prejuicio ambiental es que facha, rancio y demás apelativos son los que no apoyan determinadas ideas, esto genera un efecto de rechazo o al menos de prevención automáticos.

Nadie quiere ser mal considerado por los demás. Cuesta siempre más nadar contra la corriente. Pero a veces nadar contra la corriente es una cuestión de dignidad y de respeto que nos acaba beneficiando a todos. Démosle pues juicio al prejuicio

Víctor Francisco Bermúdez es profesor de Secundaria en la enseñanza pública holandesa

Ahora vendrá fbgh y dirá que es el que ha escrito eso es un facha xD

Bueno ya sabemso que aqui hay varias palabras que valen para todo, facha, fascista, terrorismo, capitalismo...da igual el motivo.

Hablar de fachas es facha, por tanto el artículo entero y su autor quedan invalidados. Y de paso tú eres un facha por postearlo, que lo sepas.

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