Die Geschichte von Matthias - Der Enkel des Kleinen Toni (La historia de Matthias - El nieto del pequeño Toni) Kapitel 1 – Matthias Schall (Capitulo 1. Matthias Schall) Teil 7 – Der Neue Horizont (Parte 7 – El Nuevo Horizonte) En algún lugar de Bariloche, en algún lugar de Buenos Aires, Argentina. El aire de Bariloche aún olía a nieve y a luto cuando Matthias, al día siguiente del sepelio, se preparó para partir. La casa familiar, ahora sin la presencia tutelar de Karl, se sentía inmensa y vacía. Se despidió de Ingrid y Lara con un abrazo eterno, sosteniendo su dolor por ellos. "Nos vemos pronto", les dijo, y en el tono de su voz no había promesa de un viaje corto, sino la premonición de un reencuentro en circunstancias totalmente nuevas. No era una despedida; era un hasta luego a la vida que conocían. Al llegar a Buenos Aires, la calidez de su hogar fue un bálsamo. Ángeles, su compañera de vida de treinta años, lo recibió con la empatía silenciosa de quien ama y comprende. Ella era el ancla de su presente: médica brillante, con una carrera consolidada como Medical Science Liaison en la industria farmacéutica. Mientras compartían un café, Matthias le mostró la carta, explicándole el peso del legado, el "llamado" de su abuelo Toni, la promesa incumplida de Karl y la necesidad imperiosa de emigrar a Europa. Ángeles no solo vio el dolor en sus ojos, sino también la luz de una nueva misión; la aventura se presentaba como la única cura posible. Ángeles lo escuchó sin juicio. Su trabajo en una multinacional hacía que la mudanza fuera logísticamente viable; su amor por Matthias hizo que la decisión fuera emocionalmente sencilla. Si él necesitaba sanar y encontrar un nuevo propósito en la tierra de sus ancestros, ella lo acompañaría sin dudar. El destino, al arrebatarle a Karl, les había dado un nuevo mapa. Más tarde, en la frialdad de una videollamada, Matthias se despidió del entorno que le había devuelto la dignidad: la Scaloneta. La conversación con Lionel Scaloni y Matías Manna fue dura, un acto de profunda honestidad. Les explicó la miocarditis, la frustración, y ahora, el peso ineludible de la herencia familiar. Para el cuerpo técnico, Matthias era una pieza invaluable; su profesionalismo, su conocimiento de las bases de Boca y su ojo clínico como analista se extrañarían profundamente. La separación fue difícil para ambas partes, un momento cargado de respeto y una tristeza compartida, conscientes del enorme talento que perdían. Dejar su puesto de videoanalista en la Selección Argentina, campeona del mundo, era un sacrificio profesional enorme, un desgarro necesario. La necesidad de cumplir con Karl era mayor que cualquier medalla o cualquier gloria pasada. El fútbol ya no era solo un trabajo; era una deuda familiar. La decisión estaba tomada, la ruta hacia el Atlántico marcada, pero los interrogantes eran inmensos y formaban un horizonte de posibilidades. ¿A qué país de la vieja Europa debían dirigirse? ¿Sería el orden y la tradición futbolística de Alemania el lugar para empezar su carrera como DT? ¿O el silencio y la seguridad financiera de Suiza les ofrecerían el refugio necesario? ¿O quizás debía ser la misma Austria, el lugar de nacimiento de Karl y su abuelo, el destino primario para honrar la petición de su padre? Y más importante aún: ¿Cuál sería su trabajo? Como exjugador, director técnico y videoanalista de élite, ¿dónde y cómo conseguiría Matthias que el fútbol volviera a correr por sus venas, cumpliendo al mismo tiempo el pedido de su padre y el deseo trunco de su abuelo Toni? El pasado estaba sellado. Matthias, "Der Tödliche", miró a Ángeles con una mezcla de miedo y resolución. El vacío dejado por su padre sería reemplazado por la aventura que esperaba. Esta primera etapa de la historia se cerraba sobre Argentina. El juego del legado, en Europa, estaba a punto de comenzar.