NOTICIAS DEL FÚTBOL EUROPEO - TEMPORADA 2027/28La campaña 2027/28 fue un año en que los grandes lograron consagrarse en las principales ligas europeas con actuaciones y partidos que quedarán en el recuerdo de los hinchas. GALLARDO CONQUISTA EL CONTINENTELa temporada europea 2027/28 quedará marcada por un campeón inesperado, un Liverpool deslumbrante bajo el mando de Marcelo Gallardo, que se quedó con la Champions League después de superar un recorrido sensacional, mostrando fútbol de impacto, jerarquía y contundencia en cada instancia. En la final venció 4-2 al Tottenham, cerrando una campaña inolvidable en la que el equipo del “Muñeco” eliminó a Milan (3-1 en el global en octavos), destrozó sin miramientos al Chelsea 5-0 en cuartos y dejó en el camino al PSG tras un 4-1 imposible de discutir. En la novedosa fase de liga había terminado cuarto con 17 puntos, cayendo únicamente ante Leverkusen y cediendo empates contra Arsenal y Feyenoord. Florian Wirtz se convirtió en el faro del campeón, mientras que el goleador del torneo fue Dejan Kulusevski, figura indiscutible del Tottenham, con 10 tantos. NUEVO CAMPEÓN Y UNA TEMPORADA DE GIROS HISTÓRICOSLa liga inglesa también fue protagonista de un vuelco profundo. Tras el final del histórico ciclo de 11 años de Pep Guardiola, Antonio Conte asumió el mando del Manchester City y repitió el título con 88 puntos, ganando además la Community Shield y dando señales de continuidad ganadora en una transición que podía haber sido compleja. Arsenal terminó segundo, pero a siete puntos de distancia, viviendo una temporada agitada: Carlo Ancelotti partió rumbo a Barcelona y Thomas Tuchel se quedó con el banco para reconstruir el proyecto. Con él llegó un título para el museo, ganaron la Carabao Cup, que se decidió por penales luego de un 2-2 ante Liverpool. Liverpool, por su parte, siguió bajo la conducción de Gallardo, que priorizó la Champions con total éxito y convirtió al equipo en la máquina competitiva más pesada de Europa. Pero el gran golpe de la Premier lo dio Bournemouth, que se coló en el cuarto puesto y se clasificó a la Europa League, sensibilidad histórica para un club que con Heimir Hallgrímsson como entrenador sorprendió a todos y le valió el premio al Manager del Año. Chelsea buscó su propio renacer con Arne Slot en el banco, mientras que Manchester United atravesó un cierre traumático: Erik ten Hag se fue tras cinco años y fue reemplazado por Rúben Amorim en los últimos meses. El cambio les dio una pequeña alegría final: lograron ganar la FA Cup en una definición dramática ante Wolves, que tuvo una aceptable temporada con Ryan Mason al mando a pesar de la final dolorosa. Wolverhampton, noveno, quedó lejos de la pelea grande; pero no del crecimiento deportivo, tras otra final de copa que reafirma que está más cerca del éxito que del fracaso. La lucha por la permanencia dejó a tres víctimas: Leeds, Fulham y Burnley perdieron la categoría. En lo individual, la Premier volvió a ofrecer un festival de clase. Florian Wirtz brilló como la gran figura del Liverpool y Bukayo Saka fue el emblema de un Arsenal que compitió hasta donde pudo. En el arco rival, los goleadores fueron varios con 19 gritos: Erling Haaland del City, Nelson Weiper de West Ham, Beto del sorpresivo Bournemouth e Iván Toney de Brentford. UNAI EMEREY SIGUE HACIENDO HISTORIAEverton se convirtió en una de las grandes historias de la temporada. Con Unai Emery en el banco, ganó la Europa League y sumó su segundo título continental consecutivo –había conquistado la Conference League el año anterior– en una campaña impecable: Toulouse, Wolfsburg, Porto y Sevilla quedaron atrás camino al trofeo. Marcus Edwards fue la figura con ocho goles fundamentales, mientras el equipo terminó octavo en la Premier… aunque con premio mayor: clasificación a la Champions tras celebrar el título. HAZAÑA HISTÓRICA DEL PANATHINAIKOSLa UEFA Conference League se convirtió en el torneo de las sorpresas. Sin la presencia dominante de los grandes clubes de las principales ligas del continente —más allá de las participaciones de Stuttgart y Newcastle— el campeonato quedó abierto para que nuevos protagonistas reescribieran su historia. En ese escenario emergió el Panathinaikos, que protagonizó una campaña inolvidable y logró el primer título internacional de su historia, coronando una aventura europea que nadie vio venir. El conjunto griego, dirigido por Milan Rastavac, construyó su consagración paso a paso. En dieciseisavos superó sin titubeos al FC Astana con un global de 4-1, mostrando desde el comienzo una autoridad futbolística inesperada. En octavos mantuvo el ritmo y eliminó al Lommel SK por 4-2, comenzando a consolidarse como uno de los equipos más serios del torneo. El primer duelo realmente tenso llegó en cuartos de final frente al AEK Atenas, un clásico nacional trasladado al plano europeo, donde Panathinaikos se impuso por un ajustado 1-0 para meterse entre los cuatro mejores. Las semifinales significaron una explosión futbolística: el Panathinaikos aplastó al Rangers con un global de 5-3, mostrando carácter, jerarquía ofensiva y mucha personalidad para imponerse ante un rival de mayor tradición continental. La final frente al Basel fue un capítulo aparte, dramático y lleno de matices. Tras un vibrante 2-2 en el tiempo regular, la historia se definió desde el punto penal y allí los griegos mostraron temple para cerrar una campaña histórica y llevarse el trofeo. El equipo campeón tuvo protagonistas destacados, especialmente Dorgélès Nenè y Jesús Vallejo, piezas fundamentales en el desarrollo del juego y en los momentos decisivos del torneo. El Panathinaikos transformó una edición de Conference League sin gigantes en una epopeya continental, demostrando que el fútbol europeo todavía guarda espacio para las hazañas de los clubes que no suelen ocupar los primeros titulares. Una historia escrita paso a paso, con solidez, determinación y un final perfecto para el verde ateniense. MILAN Y JUVENTUS SE REPARTEN ITALIAAC Milan se consagró campeón con 90 puntos tras una temporada sólida, competitiva y sostenida en una identidad de juego clara. El club rossonero encontró en Luis Enrique al sucesor perfecto de Míchel. Será el tercer técnico español consecutivo tras los ciclos de Xabi Alonso y el propio Míchel. Firmó una campaña casi sin grietas, donde se impuso desde el rendimiento, la regularidad y la potencia ofensiva. Con Rafael Leão como la gran figura del torneo y Heorhii Sudakov liderando la tabla de asistencias, el Milan volvió a demostrar que su proyecto deportivo esta en posición de conseguir éxitos. Detrás del campeón apareció el Napoli de Imanol Alguacil, que terminó como escolta aunque a una distancia significativa y sin poder poner realmente en peligro la supremacía milanista. Aun así, su temporada fue lo suficientemente firme como para asegurar su presencia en la próxima edición de la Champions League. También estará en el máximo torneo continental la Juventus de Sérgio Conceição, que completó una campaña notable desde el carácter competitivo: finalizó tercera en liga y ganó la Coppa Italia y la Supercoppa Italiana, completando un año de títulos que refuerzan su estabilidad institucional. En la final de la copa, los bianconeri vencieron 2-1 al Inter, golpeando a un rival directo y afirmando la mano del técnico portugués. El último boleto a Champions fue para la Lazio de Enzo Maresca que se mantiene como el único equipo italiano que triunfa confiando en un entrenador nativo de su país. Más atrás quedó el Inter de Mikel Arteta, que finalizó en el quinto puesto y tendrá que disputar la Europa League, un destino duro para un club que aspiraba a pelear el título. La Roma, conducida por el noruego Gaute Helstrup, se quedó con el pasaje europeo a la Conference League junto al Torino del austríaco Gerhard Struber que accedió al pasaje restante tras una campaña eficiente y consistente en su rendimiento. En el fondo de la tabla, las malas noticias fueron para Salernitana, Spezia y Cagliari, los tres equipos que no lograron sostener su nivel competitivo y descendieron a la Serie B. Dentro de los rendimientos individuales, el torneo coronó a Dusan Vlahović como máximo goleador con 23 tantos para la Juventus, mientras que la figura absoluta fue Rafael Leão, decisivo en la ofensiva rossenera y el rostro más visible de un campeón que se erigió como la fuerza más poderosa del fútbol italiano. Italia volvió a teñirse de rojo y negro, y el Milan consolidó un ciclo ganador que promete seguir marcando una época. POCHETTINO IMPONE SU ERA EN LA LIGAEspaña vivió una temporada vibrante en la que el Real Madrid volvió a erigirse como dueño absoluto de la Liga, alcanzando su cuarto título consecutivo, esta vez bajo la conducción de Mauricio Pochettino, quien llegó tras la salida de Thomas Tuchel y dejó una marca inmediata: ganó Liga, Copa del Rey y Supercopa de España, imponiendo un dominio total en todas las competencias locales. El campeonato se definió con 85 puntos, apenas dos por encima de un Barcelona que, con Carlo Ancelotti en el banco, recuperó fuerza y volvió a pelear mano a mano, aunque finalmente no logró sumar ningún título pese a la evolución futbolística de su plantel. En el conjunto azulgrana se destacó la labor de Frenkie de Jong como máximo asistidor, potenciando el juego de un equipo conducido dentro de la cancha por Pedri. El campeonato ofreció también la consolidación del proyecto de la Real Sociedad, que con Gareth Southgate en su segunda temporada demostró que la idea heredada tras el ciclo de Zinedine Zidane va tomando forma: terminó en el tercer puesto y regresará a la Champions League. El cuarto lugar fue para Atlético de Madrid, donde Tite continúa resistiendo pese a llevar dos años sin títulos, manteniendo al equipo competitivo pero sin poder dar el salto definitivo. Detrás, el Sevilla de Julen Lopetegui volvió a ser protagonista, llegando cerca de una consagración que finalmente le negó el Real Madrid al vencerlo en la final de la Copa del Rey por 2-0. Más atrás, Valencia de Cristian Castells completó una gran campaña, volviendo al plano europeo tras años de irregularidad, mientras que Villarreal, dirigido por Diego Martínez, dejó atrás una mala temporada anterior para asegurar su ingreso a la Conference League y recuperar estabilidad competitiva. En la lucha por la permanencia, Rayo Vallecano, Las Palmas y Real Zaragoza no lograron sostener el ritmo del resto y descendieron, quedando lejos del nivel necesario para competir a lo largo del calendario. En cuanto a los rendimientos individuales, Jude Bellingham volvió a erigirse como la gran figura de la Liga, liderando al Real Madrid con una temporada de enorme impacto, mientras que Samu Omorodion se convirtió en el máximo goleador del campeonato defendiendo la camiseta del Atlético de Madrid, reforzando la importancia de su crecimiento dentro del equipo de Tite. Fue una temporada donde los proyectos consolidados demostraron su peso, los grandes volvieron a ubicarse en su lugar natural y los entrenadores aportaron identidad para sostener la batalla de una Liga que sigue siendo uno de los torneos más exigentes del mundo. BAYERN PARECE IMBATIBLELa temporada 2027-28 en Alemania terminó con un guion conocido pero no por eso menos contundente: el Bayern de Múnich volvió a coronarse campeón, otra vez bajo la conducción de Jürgen Klopp y con un equipo que recuperó la solidez competitiva como bandera. Con 83 puntos y un fútbol dominante, el gigante bávaro se apoyó en la explosión de Badredine Bouanani como figura determinante y en el aporte decisivo de Leroy Sané, pieza clave en los tramos más exigentes del torneo. Bayern volvió a instalarse, con autoridad, en lo más alto del fútbol alemán. El Bayer Leverkusen fue el gran escolta, cerrando una campaña superior a las expectativas en la primera temporada de Brendan Rodgers, que logró mantener al equipo ofensivo, competitivo y protagonista hasta el final, alcanzando los 75 puntos y un rendimiento que ilusiona para el futuro inmediato. Detrás de ellos se ubicó el RB Leipzig de Rafael Benítez, que no solo consolidó su lugar en la parte alta de la Bundesliga sino que también volvió a confirmar su mística copera: conquistó por segundo año consecutivo la DFB Pokal, venciendo 1-0 al Borussia Dortmund en la final y demostrando que el proyecto del técnico español se encuentra cada vez más asentado. El último boleto a la Champions quedó en manos del Dortmund de Matthias Jaissle, que completó una liga de buen nivel aunque todavía incapaz de dar ese salto definitivo que lo acerque al título. A nivel europeo, el Stuttgart dirigido por Abelardo se ganó con mérito su lugar en la Europa League, al igual que el Eintracht Frankfurt de Patrick Vieira, que volvió a posicionarse entre los equipos que sostienen una idea clara de juego y resultados. A la Conference League fue el Wolfsburg, protagonista de un movimiento fuerte del mercado: Oliver Glasner dejó el club tras tres temporadas para asumir en Newcastle, y el ciclo continuó en manos de Robert Klaub, quien tomó el mando a inicios de 2028 con la misión de sostener la competitividad en la escena internacional. En la mitad de la tabla terminó el histórico Hamburgo, que cerró su retorno definitivo a la Bundesliga con una campaña tranquila, finalizando décimo con 37 puntos, lejos del descenso y con la decisión de mantener a Edin Terzić como entrenador, confiando en que el proyecto puede crecer desde la estabilidad. Los goleadores del torneo ofrecieron una lista curiosa y equilibrada: Serhou Guirassy (Stuttgart), Eddie Salcedo (Borussia Mönchengladbach) y Merlin Röhl (Friburgo) compartieron el primer lugar de la tabla con 16 tantos cada uno, reflejando una competencia sin una figura dominante pero con múltiples protagonistas ofensivos. No fue una temporada feliz para todos: Werder Bremen, Borussia Mönchengladbach y Fortuna Düsseldorf descendieron, marcando el cierre de campañas irregulares en las que nunca lograron escapar de la pelea por la permanencia. Mientras tanto, arriba, el Bayern volvió a recordar a todos que la Bundesliga sigue teniendo dueño, y que para destronarlo hace falta mucho más que una buena temporada: en Alemania, la hegemonía sigue pintada de rojo. EL AÑO DEL PSG DE GUARDIOLALa temporada en Francia quedó marcada por el desembarco de Pep Guardiola en el Paris Saint-Germain, que tomó el mando tras el cierre del ciclo de Luis Enrique y construyó un equipo dominante, equilibrado y con una cara nueva desde el juego. El PSG fue campeón con 85 puntos, perdió apenas un partido –ante el siempre incómodo AS Monaco– y encontró en Jamal Musiala a la gran figura del torneo. El joven mediapunta alemán se consolidó como la luz creativa del campeón, que además de la Ligue 1 también conquistó la Coupe de France, levantada tras una final dramática resuelta por penales tras el 2-2 frente al Olympique de Lyon. El Lyon, dirigido por Gaizka Garitano, terminó la campaña como subcampeón y logró un rendimiento sólido tanto en la liga como en copas, asegurando su lugar en la próxima edición de la Champions League. Allí también estará el Lille, que concluyó tercero bajo la conducción del suizo Raphaël Wicky, con una campaña notable desde la solidez táctica y el orden competitivo. El cuarto boleto a la máxima competencia europea fue para el Stade Rennes, que con Fran Escribá como entrenador logró estabilidad, resultados y una identidad vertical que le permitió sostener un rendimiento alto durante toda la temporada. Para la Europa League quedaron dos historias cruzadas. El Olympique de Marsella cerró el año en turbulencia: despidió a Julien Stéphan y contrató a Péter Lóczi, técnico que venía de dirigir al Fehérvár FC y que ahora tendrá la misión de reordenar un club que ya venía desgastado desde lo institucional. También llegó a la segunda competencia continental el Lens, que vivió una temporada de crecimiento impulsada por el delantero Elye Wahi, goleador de la liga con 17 tantos. Bajo la dirección de Mark van Bommel, el equipo encontró intensidad, verticalidad y eficacia para clasificar. El último boleto europeo, en este caso a la Conference League, fue para el Niza. La alegría se mezcló con desconcierto porque, pese a lograr la plaza, la dirigencia decidió despedir a Santi Cazorla como entrenador al cierre del campeonato, dejando abierta la incógnita de quién comandará la siguiente etapa del proyecto. En la zona baja, la campaña se llevó consigo a Angers, Stade de Reims y EA Guingamp, que no pudieron sostenerse ante la presión de una liga cada vez más exigente, con proyectos en crecimiento y técnicos de diferentes escuelas dominando el fútbol francés. Por el contrario, desde la Ligue 2 llegó el Nantes, que cerró un año brillante. Fue subcampeón detrás del Auxerre pero ascendió sin pasar por playoffs, impulsado por el trabajo del entrenador Vasco Botelho da Costa, encargado de devolver al club a la élite con juego, carácter y una identidad reconocible. DOBLETE HISTÓRICO DEL BESIKTASEl fútbol turco vivió una temporada marcada por el resurgimiento de un grande. El Besiktas, bajo la conducción de Robbie Keane, no solo se coronó campeón de la Süper Lig con 85 puntos sino que además levantó la Türkiye Kupası, completando un doblete histórico que devolvió al club a lo más alto. El equipo encontró en Milot Rashica a su gran figura: desequilibrante, decisivo y determinante para sacar adelante los partidos claves. La consagración en la Copa se dio con autoridad, un 3-0 contundente en la final frente al Kocaelispor, que terminó de sellar una campaña perfecta desde el juego, los resultados y la identidad colectiva. El subcampeón fue el Trabzonspor, que también firmó una temporada sobresaliente con clasificación asegurada a la próxima Champions League. El equipo dirigido por Stanimir Stoilov, en su primer año en el club tras su experiencia en Göztepe, construyó un funcionamiento sólido y encontró en Maximiliano Gómez a su gran emblema ofensivo. El uruguayo fue el goleador del torneo con 23 tantos y pieza clave para sostener un rendimiento que nunca bajó de nivel, convirtiéndose en el estandarte ofensivo de la liga turca. Más atrás quedaron dos gigantes que no pudieron sostener el ritmo de la pelea por el título pero que se asegurarán presencia internacional: Fenerbahce y Galatasaray, ambos clasificados a la Europa League. El Fenerbahce vivió un ciclo de transición bajo la conducción del danés Jess Thorup, intentando recomponer estructura tras un inicio irregular. Galatasaray, en cambio, cerró una etapa. Después de cinco años, Okan Buruk deja el cargo y el club quedó en búsqueda de un sucesor capaz de iniciar una renovación profunda y devolver estabilidad competitiva. La quinta plaza fue para el Ankaragücü, que con Hüzeyfe Dogan al mando logró el pase a la Conference League, un premio al crecimiento y la planificación del proyecto. En contrapartida, el Iskenderunspor quedó a las puertas de alcanzar la clasificación internacional, aunque dejó señales prometedoras para el futuro con Baran Akyürek al mando. Por el lado de los condenados al descenso, Ümraniyespor, Konyaspor y Alanyaspor no lograron sostener el nivel de los rivales directos y perdieron la categoría al final de una campaña cuesta arriba. Las participaciones europeas también marcaron el año del fútbol turco, con distintas historias en cada escenario. Al menos esta temporada lograron superar la fase de liga. En la Champions League, el Galatasaray avanzó hasta los 16avos donde se topó con un Bayern Munich feroz y cayó 5-2 en una serie que dejó en evidencia la exigencia máxima de enfrentar a los gigantes continentales. En la Europa League, el camino quedó fragmentado. El Fenerbahce alcanzó los 16avos pero fue eliminado por el Wolfsburgo tras un duro 3-0 que dejó sin margen de reacción al conjunto turco. El Besiktas, en cambio, llegó hasta octavos después de eliminar al Köln, pero quedó afuera ante el Sevilla en una serie ajustada que se definió 2-1. Ankaragücü también tuvo participación internacional, aunque su recorrido terminó en los 16avos con un claro 4-1 ante el Sporting Lisboa.
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